por Esther Trepal, RD, MS, CDN

El uso de suplementos es una práctica común entre los pacientes con cáncer. De acuerdo al Journal of American Dietetic Association (que citó un número de estudios en su investigación), 52% de los adultos Americanos toman algún tipo de suplemento diariamente. Pero entre los pacientes de cáncer, la figura se eleva a entre 64% y 81%.

Yo veo esto todo el tiempo en mi práctica. He aquí la conversación típica que suelo tener con un paciente:

Yo: «¿Toma usted suplementos?»

«Oh, sí», puede responder el paciente. «Tomo una cápsula verde (¡alerta!) antes de cada comida, y luego la cápsula de gel después de almuerzo. Creo que es para la digestión (¡alerta!). Luego otra de gel por la tarde.

Puede ser vitamina E (¡alerta!). Y todas las noches tomo una taza de este asqueroso té chino» (¡alerta!).

«¿Para qué los toma?» Puedo preguntarle.

«No recuerdo exactamente (¡alerta!). Leí algunas cosas en una revista o internet. Y el chico de la tienda de suplementos ha sido muy amable (¡alerta!). Todas son buenas para el cáncer.»

Tengo una última pregunta para ella. «¿Conoce su oncólogo qué suplementos usted está tomando?»

El paciente responde, «No creo (¡alerta!). Mi oncólogo no está de acuerdo, así que no me gusta hablarle de ello.» Luego de una pausa, añadió, «¿Eso no suena muy bien, o sí?»

Mientras que el paciente está intentando ser proactivo en su lucha contra el cáncer, sus comentarios levantan una serie de inquietudes. Cuando se profundiza en la pregunta de tomar suplementos, usted está entrando en territorio controversial. Hay una manera de acercarse al asunto inteligentemente, de manera de que tanto usted como su equipo médico se sientan cómodos con sus decisiones.

Los suplementos incluyen vitaminas, minerales, productos de hierbas y otros nutrientes en dosis terapéuticas. Mientras que los suplementos pueden ser saludables, tenga en mente que no pueden sustituir las malas decisiones alimenticias. No hay sustituto para una dieta balanceada que incluya una variedad de frutas, vegetales, granos integrales y proteínas bajas en grasa.

¿Afirmaciones Exagerados o Beneficios Reales? 

Frecuentemente, los pacientes de cáncer utilizan suplementos no como una cura para el cáncer, sino como una manera de tratar con los efectos secundarios, mejorar su sistema inmune, o reducir el dolor. Cuando considere tomar suplementos, tenga una noción clara de qué es lo que quiere lograr. Vele su progreso y establezca un tiempo límite para sí mismo. Si usted no está obteniendo los resultados deseados, descontinúe el uso de los suplementos.

Seguir recomendaciones vagas de amigos o comprar promesas y alardes ridículos publicados en internet son dos grandes «NO». Si usted está interesado en terapias alternativas, consulte un profesional médico con experiencia en dichas terapias. A pesar de que los suplementos naturales son poderosos, el médico debe considerar su tipo de cáncer específico, tratamiento actual y medicamentos, al igual que otras posibles condiciones médicas que usted padezca. Si usted no logra ubicar un experto en esta zona, busque un miembro de su equipo médico, incluyendo doctores, enfermeras, nutricionistas, para ayudarle a explorar esos temas.

A pesar de que se han realizado muchos estudios sobre suplementos, los resultados son muy variados. En lugar de una recomendación definitiva, busque un reporte balanceado que resuma los resultados y liste los beneficios, efectos secundarios e interacciones con otras drogas o suplementos, y especialmente la quimioterapia y/o radiación. La Natural Standard Professional Database y la Natural Medicine Comprehensive Databases son dos organizaciones tarifadas que proveen resúmenes excelentes.

Documentos Para el Doctor 

Armado con esta información, usted puede tomar una decisión inteligente y sentirse más cómodo con la misma. Lleve cualquier información escrita que tenga a su oncólogo. Usted debe hacer esto. Incluso si el médico no está de acuerdo con lo que usted hace, él/ella necesita estar informado. Proveerles información escrita puede servir para abrir una discusión sobre el tema.

Usted también debería proveer a su médico con detalles del producto específico que está tomando, incluyendo marca y dosis. Muchas veces, la página web del fabricante tendrá una etiqueta que usted puede imprimir. Si no tiene, copie la información de la botella y llévela a la consulta.

Y hablando de botellas, al comprar productos, piense en calidad. Los suplementos son una industria poco regulada en los Estados Unidos. No hay una agencia federal que revise rutinariamente los suplementos por pureza o contenido que sea consistente con la etiqueta. Ello se le deja a empresas privadas, quienes lo hacen por un precio. Dos de ellas son la USP (US Pharmacopeia) y NSF (National Sanitation Foundation). Busque su sello en la etiqueta. Otra organización por suscripción, Consumer Labs, también verifica el contenido. Como alternativa, su médico debe poder guiarle a los productos de alta calidad.  

¿Por qué está mi oncólogo en contra del uso de suplementos? 

Una de las áreas más controvertidas de los suplementos es el uso de los antioxidantes durante la quimio y radiación. Los antioxidantes incluyen vitaminas C, E, y A, al igual que selenio y Co-Q10, para nombrar algunos. Las pruebas de laboratorio sugieren que los antioxidantes mejoran las terapias convencionales al proteger las células normales de daños. Por esta misma razón, muchos oncólogos creen que también pueden interferir con el tratamiento, al proteger células cancerígenas. Los estudios en humanos no han arrojado una respuesta definitiva.

Todo se reduce a conseguir un profesional de medicina que tenga experiencia en esta área, discutir su plan con su oncólogo (recuerde, obtener información escrita sobre los productos que pretende utilizar puede ayudar mucho aquí), y utilizar productos de alta calidad.

Ah, sí, y no olvide poner su alimentación por delante.